Exposición de Motivos
Una de las lamentaciones más recurrentes en la vida cultural de Castilla-La Mancha es la poca gratitud que la región ha demostrado a lo largo de la historia con tantas y tantas personalidades de la historia de España y de Europa que desarrollaron gran parte de su actividad intelectual, artística, política, religiosa, deportiva o social en nuestra tierra.
Una de ellas fue durante décadas Julio Pascual, genial maestro de forja artística, olvidado desde su muerte, fundador de Soliss en 1933 y cuya figura está recuperando la Mutualidad. Por ello es simbólico y manifiestamente intencionado que Soliss convoque un premio bienal con el nombre de “Premio Julio Pascual” que vaya poco a poco saldando estas deudas mediante la donación a la región de una escultura cada dos años que, además de embellecer espacios urbanos, cierre estos capítulos de ingratitud con quienes tanto hicieron por Castilla-La Mancha y por España.
Espíritu del Premio Julio Pascual
La intención de la Fundación Soliss con la creación de este premio va mucho más allá de la intención –ya de por sí ambiciosa– de saldar deudas históricas y embellecer la región, sino de ser un foro de encuentro de todas las instituciones, colectivos y personas con implicación en la vida cultural de la misma. De este modo, la decisión final de la obra premiada provendrá del consenso y el debate de todos quienes tienen algo que decir en lo referente al arte, la historia y la cultura regional.
Elección de los personajes históricos a homenajear
La elección de los personajes históricos a homenajear a través del Premio Julio Pascual será determinada por la Fundación Soliss y el Ayuntamiento de la ciudad donde se ubique la obra. Cualquier colectivo, institución o ciudadano podrá proponer personajes a homenajear mediante un formulario que la Fundación Soliss pondrá a disposición de los interesados en su sede.
Selección de los espacios donde se ubicarán las esculturas
Una vez determinado el personaje a homenajear, la elección del lugar donde la escultura será colocada corresponderá al Ayuntamiento en cuestión, como propietario del espacio público, con el visto bueno de la Fundación Soliss. En el caso de que el Ayuntamiento estime que el lugar más idóneo es un espacio privado (o público, pero no municipal), y siempre que la Fundación Soliss esté de acuerdo, será el Ayuntamiento quien se encargue de obtener el permiso del propietario para la colocación de la escultura.
