El fin del COVID persistente más cerca gracias a la Fundación Soliss

RECOVER es un proyecto de readaptación funcional en pacientes con COVID-19 persistente que cuenta con el apoyo económico de la Fundación Soliss.

Soliss Seguros y su Fundación apuestan, una vez más, por el talento castellanomanchego. Una buena muestra es este proyecto para curar los efectos del COVID persistente, que está liderado por investigadores que desempeñan su labor en Toledo.

Todo parece apuntar a que el ejercicio físico pueda jugar un papel fundamental en el tratamiento de los pacientes afectados por COVID persistente.

¿Por qué persisten los síntomas de la COVID tras meses y meses de sufrir la enfermedad y cómo puede tratarse a estos pacientes? Es la pregunta para la que busca respuesta el Grupo de Investigación que desarrolla este proyecto y que se encuentra liderado por el médico Alejandro Berenguel y el comandante Manuel Gallango.

Una de cada diez personas que han sufrido el coronavirus tiene síntomas meses después de haberse contagiado. Son los afectados por el llamado COVID persistente. Una dolencia con muchas variantes, que requiere una atención personalizada de cada paciente. Algunos sufren problemas digestivos o neurológicos, aunque los más frecuentes son los respiratorios

ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO

La pandemia del COVID-19 ha supuesto, hasta la fecha, el contagio de más de 154,7 millones de personas en todo el mundo, con unos 3,2 millones de muertos según los datos recogidos por la Johns Hopkins University. Solo en nuestro país, el número de afectados por la infección del coronavirus es de 3,7 millones, según el Ministerio de Sanidad (MS).

En España desde el inicio de la epidemia, la letalidad se ha calculado sobre los casos confirmados notificados de forma diaria por las Comunidades Autónomas al MS y a la Red Nacional de Vigilancia de Epidemiologia. En base a los datos suministrados por estared, la letalidad de esta infección abarca desde el 0,002% en menores de 10 años hasta el 4,1% en los mayores de 70.

Actualmente, no existe una definición reconocida internacionalmente de COVID persistente, si bien la primera guía clínica española para la atención al paciente long COVID/COVID persistente, propone la siguiente definición: “Complejo sintomático multiorgánico que afecta a aquellos pacientes que han padecido la COVID-19 y que permanecen con sintomatología tras la considerada fase aguda de la enfermedad, pasadas 4 e incluso 12 semanas, persistiendo los síntomas en el tiempo”.

La National Institute of Health and Care Excellence (NICE), 2021; por su parte, considera síndrome post-COVID a los pacientes que presentan síntomas persistentes más allá de 12 semanas, que no puedan ser explicados por otra causa.

En cuanto a su epidemiologia, un metaanálisis reciente estima que hasta el 80% de los pacientes presentan al menos un síntoma de COVID persistente en la evolución.

Aunque su incidencia parece relacionarse con la severidad de la fase aguda de la infección, afecta a más de un tercio de los pacientes que sufrieron la COVID-19 con síntomas leves. Así se describe en una cohorte española con 277 pacientes, en la que el 58% de los pacientes con neumonía severa y un 36% y 37% con neumonía leve y sin neumonía presentaron síntomas de COVID persistente a las 14 semanas.

El término “recuperado” puede ser un nombre equivocado, por lo menos para aplicarlo a la totalidad de pacientes que se le ha dado un alta hospitalaria y esto puede confundir tanto al público como gestores sanitarios. El conocimiento de las secuelas de la COVID-19 sigue siendo incompleto y particularmente en países en vías de desarrollo. Inicialmente, todas las medidas se han centrado en prevenir la mortalidad que ha ocasionado la pandemia, sin embargo, es el momento de poner el foco también en la comorbilidad de aquellos pacientes “recuperados”.

HIPÓTESIS

Nuestro grupo recientemente describió los hallazgos más comúnmente encontrados en las ergo espirometrías de pacientes con disnea persistente tras sufrir la COVID-19. Dichos hallazgos ponían de manifiesto un probable origen periférico (no cardiológico ni respiratorio) de la disnea de los pacientes, es decir, en el aprovechamiento que se hace del O2 a nivel muscular, lo que suponía una potencial diana terapéutica para la mejoría de nuestros pacientes. Ahora pretendemos demostrar que un programa de entrenamiento físico estructurado, acotado en el tiempo y diseñado y dirigido por especialistas en entrenamiento físico es capaz de mitigar parte de los síntomas presentes en los pacientes afectos de COVID persistente, sobre todo la fatiga (el más frecuente de ellos, presente hasta en un 58% de los casos) y la disnea (sensación subjetiva de falta de aire, presente hasta en un 24% de los casos) La mejoría de los síntomas (subjetivos) se acampanaría de una mejoría de la capacidad funcional (objetiva) medida a través de una prueba de esfuerzo cardiopulmonar o ergo espirometría, que es la técnica de elección para a valoración objetiva de la capacidad funcional, así como discriminar la causa de su deterioro en caso de que exista. Por tanto, los objetivos primarios del estudio serian:

• Mejoría en los niveles de VO2 (variable objetiva)

• Mejoría de la calidad de vida percibida a través de una encuesta especifica (variable subjetiva)

MATERIAL Y MÉTODOS

Para ello se realizará un estudio de intervención, prospectivo, aleatorizado, de casos y controles, que debería ser valorado y aprobado por el Comité Ético del Hospital Virgen de la Salud de Toledo. Los sujetos participantes deben cumplir los siguientes criterios de inclusión:

• Sujetos de entre 18 y 65 años que hayan padecido la infección por COVID-19

• Presentar síntomas residuales persistentes, al menos 3 meses después de la infección y que alguno de ellos sea o fatiga o disnea

• Que no presentaran dichos síntomas previamente a la infección, ni presenten otra patología o comorbilidad que pueda justificar la presencia de dichos síntomas

• Que acepten libremente su participación en el estudio y firmen el correspondiente consentimiento informado

Como criterios de exclusión, los participantes deben:

• Presentar alguna limitación física o psíquica que les impida participar en un programa de entrenamiento físico

• Mostrar ausencia de compromiso a cumplir el programa de entrenamiento establecido

La Fundación de SOLISS SEGUROS tiene como prioridad la recibir, analizar y apoyar aquellos proyectos que puedan ayudar a mejorar la vida de las personas y, sin lugar a duda, el proyecto RECOVER es de vital trascendencia para mejorar la calidad de vida de muchas personas que siguen padeciendo de manera persistente los efectos del COVID.